Pastoral
La pastoral es el proyecto que da cohesión y sentido a todas las actividades que se realizan en nuestro colegio. Desde el Área de Pastoral se coordina y anima a que toda la Comunidad Educativa esté implicada y se sienta responsable de comunicar y vivir la Buena Noticia de Jesús, dentro de la Iglesia y según el Carisma de Santo Domingo de Guzmán y de San Francisco Coll, nuestro fundador.
La Escuela del Padre Coll es una escuela abierta a la sociedad actual, preocupada por la evangelización y orientada a los más necesitados. Es una Escuela con Carácter Propio que promueve el respeto y la dignidad de la persona, la justicia y el compromiso social desde los valores que nos presenta la figura de Jesús de Nazaret.
Desde la búsqueda de la Verdad, seña de nuestra identidad, se promueve una Educación desde el Corazón que ayude a formar personas felices, solidarias, defensoras de la justicia y la paz, que sueñen y sean capaces de construir un mundo mejor.
Esta Educación ha de ser compartida entre toda la Comunidad Educativa pero especialmente con las familias, lugar privilegiado donde nuestros alumnos y alumnas aprenden a dar y recibir amor y en el que se van formando como personas libres y responsables. Juntos lograremos una Educación, desde el Corazón y para el Corazón, integral, integrada, coherente y con sentido.
Campaña Pastoral 2024/2025
“Sigues a Jesús? …¡Reinícia – T!” es el lema que nos acompañará durante este curso escolar a todos los colegios que formamos la familia FEFC
“Sigues a Jesús? …¡Reinícia – T!” es el lema de la campaña de pastoral para el curso 2024 – 2025 en la Fundación Educativa Francisco Coll (FEFC). Tiene como fundamento bíblico la historia de Zaqueo (Lc 19, 1-10) y como objetivo experimentar la alegría de recibir a Jesús, de quedar renovados y transmitir a los demás su misericordia contando con nuestros dones y fragilidades.
El lema de este curso es la continuación del anterior: “Jesús de Nazaret, influencer del amor… ¿Le sigues?”. Con él, se pretendía descubrir la profundidad, el poder y la inmensidad del amor de Jesús e invitaba a todos los miembros de la comunidad educativa a seguirle.
Este seguimiento a Jesús exige, entre otras actitudes, el deseo “de recomenzar, de reiniciar y de reconvertirnos”. Estas tres palabras tienen un mismo sentido teológico, pero se ha elegido el verbo REINICIAR porque en el contexto de la sociedad actual, vivimos hiperconectados en un mundo tecnológico. Por lo que la palabra reiniciar nos resulta muy familiar y sabemos que nuestros móviles, ordenadores y tablets necesitan de esta función cada cierto tiempo para actualizar su sistema y recuperar sus condiciones iniciales de funcionamiento (limpiar la memoria, evitar la sobrecarga de aplicaciones…).
También nosotros necesitamos reiniciarnos entrando en nuestro interior, explorarando y descubriendo las “aplicaciones” acumuladas durante años y los “virus” que van a apareciendo en nuestro día a día. Es decir, volver a nuestra historia personal, al encuentro de todo lo bueno vivido y recibido y, también al encuentro de las heridas, del vacío, de los fracasos que la vida nos va dejando.
Propuesta:
- La aceptación de uno mismo y de su propia historia: supone celebrar las cualidades encontradas, agradecer todo lo bueno que ha ocurrido en la vida; pero también celebrar y abrazar las heridas, los fracasos, las debilidades. Viviéndolas como nuevas oportunidades para crecer, madurar y alcanzar la felicidad.
- La apertura a los demás: somos seres sociables que necesitamos relacionarnos y, por tanto, la presencia del otro a nuestro lado puede ayudarnos a conocernos un poco más y contribuir a nuestra propia realización.
- La apertura de nuestra vida a Jesús para un encuentro de amistad con Él: Jesús quiere ser uno con cada uno de nosotros, ofreciendo una amistad que no condena, Él que conoce más que nosotros nuestras fragilidades (Jn12,47).
Programación:
- Primer trimestre: Aceptar y amar la propia vida (Lc 19, 1-4).
- Segundo trimestre: Cultivar relaciones de respeto y acogida hacia los demás (Lc 19, 5-7).
- Tercer trimestre: Descubrir la necesidad de Dios en la propia vida y aprender a confiar en Él (Lc 19, 8-10).